Alerta máxima en una ciudad de Brasil ante el riesgo inminente de que colapsen cinco barrios por una mina.
Parte de Maceió, de un millón de habitantes, se ha hundido dos metros en tres días por los trabajos de la petroquímica Braskem, que causan daños hace años
Una parte de Maceió, una ciudad de casi un millón de habitantes en la costa noreste de Brasil, se enfrenta a la posible catástrofe de desaparecer bajo tierra. Los problemas geológicos causados por el gigante petroquímico Braskem, que se arrastran desde hace años, han ido a más en los últimos días y han hecho saltar todas las alarmas. Cinco barrios de esta ciudad están repletos de minas para la extracción de sal de roca para la fabricación de sosa cáustica y PVC. Hace tiempo que se detectaron infiltraciones, y el suelo se hunde poco a poco, lo que obligó a desalojar a 55.000 habitantes en los últimos años. Las tranquilas calles flanqueadas de modestas casas con jardín son ahora zonas fantasma donde no vive nadie. Prácticamente ningún vecino transita por allí, pero en las últimas horas las autoridades acordonaron la zona: el hundimiento parece inminente.
La Defensa Civil del estado de Alagoas informó en una nota la noche del jueves que “estudios muestran que hay riesgo inminente de colapso en una de las minas monitoreadas”. En esta parte de la ciudad hay 35 minas, que en realidad son como pozos con una profundidad media de más de 800 metros. La que preocupa especialmente es la número 18. Está en el barrio de Mutange, muy cerca de una laguna, en la que también se ha prohibido el paso de embarcaciones. La mina se hunde rápidamente, dos metros en los últimos tres días. Al parecer, todo se ha precipitado porque a lo largo del mes de noviembre se detectaron cinco temblores, que agravaron aún más la inestabilidad del subsuelo. La duda ahora ya no es si la superficie de los barrios va a ceder o no, sino cómo y cuándo sucederá. La alcaldía decretó estado de emergencia durante 180 días e instaló un gabinete de crisis. foto y resumen Reuters y elpais.com





