Los homenajes y las muestras de cariño hacia Francisco se suceden durante estos días de ‘sede vacante’, mientras la ciudad se prepara para la llegada de una nueva oleada de visitantes ansiosos por conocer al próximo Papa. El 74% de los italianos desearía que diese continuidad al pontificado de Francisco, según una encuesta.
La chimenea de la que medio mundo estará pendiente a partir del miércoles asoma por el tejado de la Basílica de San Pedro, mientras la ciudad de Roma
A tan solo horas de la elección del nuevo papa, el Vaticano ya ha desplegado un operativo de seguridad sin precedentes con drones, inteligencia artificial y bloqueo digital, en un contexto global de creciente tensión entre Rusia y Ucrania.
La elección de un nuevo papa siempre ha estado envuelta en solemnidad y secreto. Sin embargo, en pleno siglo XXI, el tradicional cónclave del Vaticano dejó de ser únicamente un evento litúrgico para transformarse también en un asunto de alta tecnología.
A partir del 7 de mayo, a las 16:30 horas de Roma y España, cuando 133 cardenales inicien oficialmente el proceso para elegir al sucesor del Papa Francisco, la Capilla Sixtina no solo será un recinto espiritual, sino también una auténtica fortaleza digital.
En medio de un escenario global marcado por conflictos armados y amenazas híbridas, la Santa Sede ha desplegado el operativo de vigilancia más sofisticado de su historia. Se trata de un blindaje inédito que incluye drones de guerra, inteligencia artificial y sistemas de inhibición de frecuencia diseñados para proteger tanto la confidencialidad de las deliberaciones como la seguridad física de los participantes. «Lo que ocurra dentro del cónclave debe permanecer sellado», afirman fuentes cercanas al equipo de seguridad del Vaticano.
La instalación de la emblemática chimenea sobre el techo de la Capilla Sixtina, visible desde la Plaza de San Pedro, simboliza que todo está listo para la elección. Pero detrás de la imagen tradicional de la fumata blanca, la gendarmería vaticana ha reforzado cada rincón con medidas propias de una central de inteligencia.Drones de vigilancia e inhibidores de señal blindan el cónclave
Entre las principales medidas adoptadas destaca la creación de una auténtica burbuja de silencio tecnológico. Los inhibidores de frecuencia convierten la Capilla Sixtina en un «desierto digital«: sin Wi-Fi, sin 4G ni 5G, sin Bluetooth y sin posibilidad de emisión o recepción de cualquier tipo de señal. Nadie podrá enviar o recibir información durante las deliberaciones. «Ningún dispositivo puede emitir ni recibir nada en la zona perimetrada», explicaron desde el cuerpo de seguridad.
Además, todas las ventanas fueron cubiertas con vidrios opacos y películas anti-drones y anti-láser espía. Esta medida busca impedir la captación de imágenes o sonidos mediante dispositivos externos, incluidos drones de largo alcance y satélites. Equipos especializados recorren el recinto tres veces al día en búsqueda de micrófonos ocultos, mientras que la red interna del Vaticano queda completamente aislada de Internet. «Los servidores son desconectados y trasladados a zonas blindadas, como la Biblioteca Apostólica», señalaron.
En caso de emergencia, la única vía de comunicación disponible será una red de radio encriptada, con cifrado exclusivo para la gendarmería vaticana. Así se garantiza que ningún detalle de las votaciones se filtre fuera del Vaticano.
Inteligencia artificial y 650 cámaras para monitorear cada rincón
Puertas adentro, más de 650 cámaras de seguridad monitorean en tiempo real cada rincón del área. Muchas de estas cámaras están conectadas a sistemas de inteligencia artificial capaces de detectar movimientos sospechosos, reconocer patrones inusuales o identificar objetos no autorizados en cuestión de segundos.
Según fuentes consultadas, «un algoritmo diseñado especialmente para este operativo puede lanzar alertas automáticas si detecta, por ejemplo, una valija fuera de lugar, un comportamiento extraño o la presencia de alguien no registrado».
El nivel de control se equipara al de los dispositivos que protegen a los líderes mundiales en cumbres como el G20. A pesar de ello, la esencia espiritual del cónclave se mantiene intacta. La elección del nuevo pontífice sigue rigiéndose por normas ancestrales, ahora acompañadas por una infraestructura digital nunca vista en la historia del Vaticano.
Los cardenales piden un alto el fuego en Ucrania y Oriente Medio antes del cónclave
El despliegue de seguridad tiene lugar en un contexto internacional complejo. Este martes, los cardenales que participarán en el cónclave difundieron un comunicado conjunto en el que urgieron a las partes implicadas en las guerras de Ucrania y Oriente Medio a acordar un «alto el fuego sin condiciones». «Nosotros, Cardenales de la Santa Iglesia Romana, comprobamos con pesar que no se han registrado progresos para favorecer procesos de paz», expresaron.
El documento agrega: «Formulamos un sentido llamamiento a todas las partes implicadas para que se alcance cuanto antes un alto el fuego permanente y se negocie sin precondiciones ni nuevas demoras la paz tan deseada por las poblaciones afectadas y por el mundo entero». Además, invitaron a todos los fieles «a intensificar sus súplicas al Señor por una paz justa y duradera».
Este cónclave será el más numeroso y heterogéneo de la historia, con cardenales provenientes de todos los rincones del planeta, un rasgo impulsado por Francisco durante su pontificado para restar peso a la tracción europea dentro de la Iglesia.

fuentes elmundoes y cronista.com